En las cumbres altas del Sur del Mundo
una tejedora de ilusiones
se apronta para la labor del día
a la sombra de sus pasiones.
Despierta apenas despunta el alba
con los ojos llenos de llovizna
y el corazón que sangra herido
a tejer con la hilada brizna…
Y a través de los cristales
se le escapa la mirada
a los Alpes Cordilleranos;
caminando en su ensenada….
Ahí va su alma en pena
tras el amor tan lejano,
cabalgando en las tristezas
de este amor tan sobejano….
Va a enjuagar su llanto
a los brazos de su amante
presurosa vuela su alma
donde hay amor abundante…
-¿Cómo estás hoy, amor mío…
… te han hecho falta mis abrazos?
¡Yo no puedo vivir un segundo más
con tus migajas, tus pedazos!...-
-¡Qué pedazos, pequeñita
ni no vivo sin tenerte!
me consumo en la agonía
de saberte mía y no verte…-
Y se miran inocentes
con las almas desteñidas
ya cansados de tanta espera,
tantos adioses y partidas,
La tejedora busca sus brazos
que la protegen del frío
y mientras se duerme en su regazo
su amante llora mares y ríos…
La hora se aproxima
de volver con su tejido….
…. Y seguir hilando esperanzas
para hacer de novia un vestido….
-Algún día seré tuya-
susurra la tejedora
Él se queda en silencio
imaginándola su Señora…
-Nunca van a faltarte besos (responde)
abrazos tendrás de sobra…
¡Y ella pierde el aliento
cada vez que El la nombra!
-Te amo tanto, Sol mío,
eres el rey de mis horas….
Y amando se va el amante…
Y tejiendo, la tejedora….
Ya llega la luna menguante
al cielo de negro rostro
y sueña despierta la niña
luego de beber el calostro
de los besos de su amante,
dulce néctar nutritivo
que emborrachada mantienen su mente
y su corazón, cautivo…
-Ya no quiero que te vayas
no quiero perderte de nuevo…-
y mentalmente acaricia
a su adorado mancebo….
En las altas cumbres del Sur del Mundo,
donde nadie posa sus miradas,
una tejedora hila sus sueños
entre sus ropas abigarradas…
…Ya tuvo un hombre, hace no mucho,
al que le entregó la vida
sin compasión mató sus sueños
y la dejó medio perdida…
… donde la encontró un Guerrero moreno,
entristecido Hijo de Los Andes…
y a punta de ternura y paciencia
hizo florecer un amor tan grande
que es la raíz de los sueños actuales
de la triste tejedora….
¡Sólo quiere correr a sus brazos,
Sólo quiere ser su Señora!!!
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