miércoles, 12 de enero de 2011

El cuento de la Ninfa Perdida y el Viajero de Luz


Hace muchos, muchos años... Vivía en un bosque muy lejano una ninfa prisionera del egoísmo del mounstro de las profundidades, que tomaba diferentes formas para conquistar a las Ninfas hermosas del bosque, y llevarlas prisioneras a su torre, donde las despojaba de su luz, sus talentos, y su belleza. Vivía pues, prisionera de este mounstro, encadenada con unas cadenas invisibles, esta ninfa que se consumía en la soledad y en la tristeza.
El mounstro siempre le decía que más allá de la torre le esperaba la soledad y luego la muerte, pues en ninguna parte encontraría la seguridad, comida y abigo que encontraba siendo prisionera en la torre. Y que debería agradecer, pues ella era muy malcriada y por eso recibía ofensas, golpes y castigos, pero que debía estar agradecida de todo lo que el mounstro hacía por ella. Y, en el silencio de sus noches, la ninfa soñaba con atravesar la oscura espesura del busque del mounstro para llegar a algún bello lugar que como no lo conocía, no lo alcanzaba a imaginar.
Y fue así que pasaron muchos años, mientras con su pequeña arpa de ninfa ella componía melodías que calmaban el dolor de su corazón.
Un día el mounstro (que decía amarla mucho, pero la maltrataba y no permitía que nadie admirara su belleza, es más, él mismo la desfiguraba y la marcaba para que nadie se diera cuenta que la ninfa era bella) descuidó la cerradura de la puerta de la torre. Y la Ninfa, llena de temor... escapó.

Prefería la soledad y la muerte, a la esclavitud y las lágrimas. Y quiso hacer algo por ella, aunque esa desición la llevara a su final.

Caminó muchos días llena de sed y de hambre, rendida del cansancio. Dió vueltas en círculos en la profundidad del Bosque Negro, que estaba lleno de fango y arboles que parecían un laberinto impenetrable. las espinas se clavaban en su delicada piel llenandola de llagas y abriendo heridas sangrantes a cada paso que ella daba... Se sentía cansada, sin ganas de continuar, y en muchas ocasiones estuvo a punto de rendirse... Pero continuó a duras penas. Sus ojos verdes como las esmeraldas reflejaban su dolor y su cansancio. Pasaron muchas semanas y no lograba encontrar un sitio por donde salir de ese bosque y encontrar algún manantial donde beber o alguna fruta que comer... Y estaba muriendo.

En la más profunda de las soledades.
En la más absurda de las situaciones: un ser tan hermoso se desvanecía.
En la más triste de las circunstancias.

Y de pronto, Dios que todo lo vé, envió a un ser (que no tenemos claro que tipo de ser era), lleno de luz.

La encontró sumida en sus propias lamentaciones, llorando con las lágrimas que ya no le quedaban por las marcas en el alma y en el cuerpo que le había dejado el mounstro.

Y, dulcemente, le tomó la mano. La levantó del fango. Y caminó con ella una distancia prudente. Alimentó su alma: le dió de beber del sudor de su cuerpo, y le dió de comer de la dulzura de su carne. Fortaleció su espíritu con su voz y sus palabras. La besó, la abrazó, y la hizo darse cuenta de lo hermosa que era, aún llena de marcas... Abrigó a la ninfa con su abrazo por una distancia del camino que caminó con ella, y endulzó todo el tiempo sus oídos con sus palabras. La ninca, que estaba acostumbrada a hablar y hablar en muchos idiomas para agradar los oídos del mounstro... estaba embelesada escuchando cada palabra que salía de los labios de este hermoso ser de Luz.

De este modo, La Ninfa y el Hombre de Luz, caminaron juntos entre la oscuridad impenetrable del Bosque Negro.

Conforme pasaron los días, la Ninfa fue recuperando las fuerzas ante la atenta mirada del Hombre. Ahora habia vuelto a sonreír y a cantar, y caminaba con agilidad. El hombre, al ver sus avances, se sentía orgulloso de su progreso y se mostraba conforme. La Ninfa se sentía tan atraída por el Hombre, no podía creer que existiera tanta belleza interior y exterior en un sólo ser. Y el Hombre, que nunca pensó conocer de ese modo a la Ninfa, se encontraba inquieto, pues no quería quererla más de lo que él esperaba, y la Ninfa se dejaba querer.

Y la Ninfa como era de esperar... Se enamoró.
Y el hombre, por consecuencia, se sintió perturbado.

Llegado a uno de los extremos del bosque, el Hombre tomó de las manos a La Ninfa, estrechó su cintura que ya otras veces había acariciado con deliciosa desnudez, y le señaló un camino pronunciado lleno de arboles otoñales sin decir una sola palabra. La besó y le sonrió.

Ella sabia que era una despedida.

El Hombre partió hacia un camino que iba desapareciendo conforme lo caminaba, sin detenerse a mirar hacia atrás, ante la mirada atenta de La Ninfa.... El Hombre despues de curar su alma y su espíritu, tomó su camino y desapareció.

Y la Ninfa siguió por el camino que el Hombre, antes de partir, le había mostrado. Encontró en este camino muchos manantiales y árboles fértiles llenos de frutos jugosos, plácidos árboles para dormir y muchos Hombres que la acompañaron por pequeños senderos y que saciaron el hambre y la sed de su cuerpo: pero ninguno era como El Hombre de Luz. Y conoció a otras ninfas que la acompañaron en su camino, con quienes finalmente desarrolló una hermosa amistad.....

... Cuentan los más viejos que la Ninfa sigue caminando por ese camino hasta el día de hoy. Dicen que a ratos se detiene y mira hacia atrás, buscando la silueta de El Hombre de Luz, por si viene caminando atrás de ella...

Ella seguirá por ese camino. Tiene la esperanza de que, al final del camino, El Hombre de Luz la esté esperando, y pueda volver a sentir el sabor de sus besos, y a sentir el repiquetear de su corazón enamorado. Pero si no lo vuelve a ver, no olvidará que fue precisamente ese hombre el que la libró de morir consumida por el frío y el horror del Bosque Negro.... El que curó su alma y su corazón... El que alimentó su espíritu... Y el que le mostró un camino seguro antes de cambiar de rumbo.... Nunca lo olvidará.

Tal vez no estés... Pero nunca olvidaré lo que viniste a hacer por mí...


4 comentarios:

  1. mUy bello el texto.Gracias por ser mi seguidor.Si quieres hablar conmigo por email poesia1963@gmail.com.
    Te gustio mi blog?. El tuyo es muy original.
    saludos desde España

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  2. Hace un momento ·
    Perdida en el bosque
    La noche es oscura como las pupilas del tipo aquel que en madrugadas interminables me alquilo sus sueños y mientras yo me tapaba a dos manos los defectos actué como si cada una de las frases...corriendo por el bosque -también el descenso, la sensación de caer por un agujero. Me caigo y no puedo parar.
    Encontré esta foto que me ha encantado. ¿Os habéis adentrado alguna vez en un bosque, aislados de todo, respirando tranquil..habéis adentrado alguna vez en un bosque, aislados de todo, respirando tranquilamente, sintiéndoos en paz con vosotros mismos, mientras percibís el grandioso aroma de la frondosidad de los árboles y de la vegetación que os envuelve?
    foto sobre Chica joven en un bosque en aguas místicas de madera oscura. una imagen de una soñadora
    Si deseas amor en tu vida, cultivalo tú mismo, en tus propios sueños y deseos, en la marca que deseas hacer durante tu breve período aquí, en las lecciones aprendidas, tanto en las sonrisas ?

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  3. El la ama pero no esta enamorado. Asi le brindó todo ese amor sin que nada lo condicione, y por eso pudo partir y seguir con su camino.
    Bendito el ser que ama en libertad.

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