Quiero dormir esta noche sobre tu pecho. Imaginar que estás junto a mí, y descansar en tu abrazo.
¿Cómo será tu abrazo? ... ¿Serán tus brazos fuertes para sostenerme? ¿Serán tus manos grandes para acariciarme?... Quiero descubrir los misterios que me guarda tu abrazo, y perderme entre medio de ellos cada vez que tenga frío, o tristeza, o alegría....
Y por las noches... esas eternas noches frías en la que los cristales se empañan y no permiten ver el exterior, acurrucarme en tu pecho para encontrar el calor, y entrelazar mis piernas en las tuyas. Y dormirme lentamente escuchando la canción rítmica de tu corazón en mi oído, cantando tu vida sólo para mí.
Y por las mañanas, despertarme con el sabor dulce de tus besos, y tu mirada tierna. Tu mirada, que lo ilumina todo. Y tu sonrisa, llenando todos los espacios. ¿Qué sabor tendrán tus besos?... Los imagino con sabor a pradera. A libertad.
Y sin embargo, en esta noche solitaria (en otra de estas noches solitarias) no dejo de preguntarme qué sabor tendrá un amanecer a tu lado... Y me extravío de mí misma en los pensamientos que me llevan por allá..... donde estás.... Ni tan cerca ni tan lejos mío..... Sumida en un hasta ahora inexplorado mundo de pensamientos. Un mundo que me asusta, porque no me deja correr libre como la potra salvaje que me estaba acostumbrando a ser.....
.....Mi potra salvaje...... incluso me pregunto si en realidad me gusta ser así. O si es mi cáscara para esconder la fiel yegua pura sangre, antes tan mal amada.
Quiero descubrir quién está detrás de esa caja de nueces.....
Declaro mi curiosidad absolutamente despierta.
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