martes, 1 de junio de 2010
Sinfonía de Caricias....
Miradas que hablan por sí solas.... Son mis ojos que buscan, en la penumbra de la noche.. tus ojos negros....
Mis manos, pálidas, temborosas y mojadas por el sudor te dibujan: bajando desde la calidéz de tu cuello hasta tus hombros fuertes, aprendiendo con cada una de mis células las formas de tu piel y de tu espalda... Un masaje suave con manos tímidas... con roce de vientre y de piel mientras te me ofreces sentado así, delante de mí, de espaldas.. frágil y confiado.... como una presa débil ante la hambrienta leona que acecha entre los matorrales...
Cada uno de los músculos de tu espalda que se van dibujando ante el paso de mis manos... mis dedos se pasean por los pliegues de tu piel, que ahora suda como la mía... Pero quiero más, tengo hambre y tengo sed de recorrer cada centimetro de esa piel apetecible que me estás ofreciendo: carne y sangre fresca con la que me deseo alimentar... Y vuelvo a tus hombros, los acaricio, los masajeo, los presiono, los memorizo.... y asciendo hasta tu cuello, juntando mis manos y apretando tu cabello negro entre medio de mis dedos...
Tu respiración se agita.. tus ojos se cierran.... tu cuerpo se estremece.... Y desde esa posición mis manos que masajeaban tu espalda se trasladan tímidas hasta tu pecho, mientras mi cuerpo continúa luchando para tomar distancia de tu piel encendida.. casi a punto de perder esta guerra...
Lo estás disfrutando.... Me lo dice el color de tu piel. Me lo dice la temperatura de tu cuerpo...
Sin que lo notes, me libero de mis ropas lila.... Y libres se liberan como dos palomas los dos néctares que te ofrezco para beber...
Tomo tu cabeza con dulzura y te invito a acomodarte frente a mi. Tengo generoso manantial para que calme tu sed. Tus manos creadoras vuelan hacia mi piel, ansiosas, prisioneras, ebrias, enloquecidas...
Beso tus labios esponjosos y húmedos...
... Acaricio ahora tu espalda mientras tu boca se pierde entre mis pechos... y mis dedos bajan despacio por la línea de tu columna....
Mi respiración se confunde con la tuya. Y nuestros sudores se juntan piel a piel.
Ya no hay tiempo. Tenemos urgencia de nosotros.
Porque son mis ojos los que se bañan dentro del vino negro de tus ojos, y se emborrachan con los mostos de tus besos....
Lo que seguía se lo tendrán que imaginar......
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