domingo, 6 de junio de 2010

¡Quiero creer!


¿Cómo es tu hombre ideal?... Esa pregunta me la han hecho cientos de veces en los últimos tres meses. Nunca me detuve a pensar en ello...

No estoy segura de que exista un prototipo físico de hombre ideal para mí. Nunca me fijé demasiado en la parte física de la gente. El cuerpo, en la medida del paso de los años, se marchita. Me gusta la idea de cultivar una relación con una persona bellísima espiritualmente hablando.

Un hombre con un buen tema de conversación... De amigable (y sanadora) sonrisa. Porque las sonrisas tienen alto poder curativo. Un hombre luchador, que saque las garras para afirmarse y superar los obstáculos que le va poniendo la vida. Educado, culto, que comparta conmigo el placer de la vida al aire libre, la aventura, y encontrar nuevos rincones en el planeta para hacerlos "nuestros rincones". Un compañero y un amigo, más que una pareja. Un cómplice, un compinche, un partner. Un socio en el negocio de la vida y del amor. Que me pida, y que me dé.

Un hombre que sepa conversar. Que arregle todo conversando. Que no se irrite fácilmente, que tenga paciencia... y que me enseñe a tenerla... Un artista de la vida. Con una fértil imaginación.

Importante es que sea sincero... verdadero... Que repudie la mentira y no la utilice. Los mentirosos jamás serán reamente felices, porque siempre estarán envueltos en sus mentiras. Que no sea zalamero, que no me halague para conseguirme. Que no me ofrezca bajarme la luna y el sol y regalarme el mundo... Que no me ofrezca nada... Así cada momento y cada regalo serán inesperados y los disfrutaré... Que no sea voluble: Si un día me quiere, que me quiera todos los días, pero sobre todo, que me lo demuestre, pues de otra forma no tengo como saber sus sentimientos.

Un hombre detallista, preocupado. Un hombre alegre. Que me contagie su alegría y su positivismo. Que me sacuda cuando me estoy metiendo en el pozo de las tristezas y no me doy cuenta... que me despierte si me duermo en los laureles...

Y en la cama... una bestia llena de pasión. Que desee hacerme sentir mujer tanto como él mismo desea sentirse hombre a mi lado. Que no tenga tapujos ni trancas, y que ame y desee cada centímetro de mí. Que no quiera cambiar ni una de mis arrugas, ni una de mis marcas, y que me acepte tal como soy como la obra más perfecta que él mismo ha modelado (recordemos que es un artista de la vida).

Lo admiraré y respetaré, así que sería genial que me admirara y respetara siempre. Quiero un hombre al que yo mire y me diga en silencio "Cielos, es perfecto"... ¡Aún con sus defectos, quiero que para mí sea perfecto!... Quiero que se equivoque, pero que lo reconozca... Quiero que cometa errores, pero que los superemos... y si hay problemas en la pareja, que asuma su parte de la culpa y sigamos adelante juntos...

Y si ya tiene su vida, y un pasado que lo acompaña... no pretendo cambiarlo. Quiero ser el complemento de la vida que ya ha constuído. No busco un padre para mis hijos, ellos ya tienen uno y nadie cambiará eso... Lo que busco es un compañero para mí: compartir y disfrutar los buenos momentos, socorrer y afirmar en los malos momentos...

La otra mitad de mí. La otra parte del molde. Mi sombra... Mi reflejo en el espejo. Quiero al dueño de la costilla con la que Dios me hizo...

A veces siento que esa persona ha llegado y a veces siento que no. Creo que el tiempo dirá muchas cosas, y llegarán más personas a mi vida...

Algunos dicen que soy demasiado exigente... Yo prefiero pensar que esa persona por ahí anda, buscándome...

¿Existirá?...

2 comentarios:

  1. Cambiando el genero de tu articulo yo me hago la misma pregunta...¿Existirá la mujer perfecta?
    No se si la perfección puede existir en un mundo imperfecto lleno de mentiras y traiciones, aunque también de esperanzas y alegrías. Tanto las traiciones, el amor, la mentira, pasión, esperanza, son parte de un complicado puzle que tiene su origen en el comienzo de los tiempos cuando por el big bang de las almas fuimos arrojados al infinito universo.
    Como en el puzle cada piesa tiene su lado común con otra u otras, el problema radica cuando queremos a la fuerza hacer coincidir a la otra.
    No se amiga si tendremos la suerte de encontrar la pieza perdida que nos complete, aunque nunca debemos perder la esperanza de encontrarla.

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  2. Completé la idea en mi blog.
    http://ahve.blogspot.com/2010/07/la-pieza-perdida-del-rompecabezas-de-la.html
    Un ciber abrazo de luz amiga y... sigamos buscando.

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