martes, 18 de octubre de 2011

La Juana Letelier



La más linda de todas
los ojos más brillantes... la más blanca piel.
El pelo más sedoso:
Se llamaba Juana Letelier.

Soñaba con el amor
y su familia formar
pensaba que un buen hombre
un día la iba a amar.

Y entre los jovencitos
que Juana conoció
uno le propuso ser su novio
y Juana felíz aceptó.

Pero corrido un tiempo
el amor del novio murió,
se puso frío y distante
y Juana se desencantó.

Juana quiso conversarlo
y al novio enfrentó...
este se paró al frente
y con soltura expresó:


"Eres tú la diferente
siempre he sido igual yo.
Mejor sigamos otros caminos
si no me quieres como soy".


Juana buscaba el amor de un hombre
que la quisiera así, tal cual.
Pero todo aquel que ella besaba
respondía siempre igual:

"Eres una flor tan bella
que no te merezco como mujer.
Encontrarás seguro a alguien
que valore todo ese querer..."


Entonces con el corazón partido
y muy herida su voluntad
Juana volvía a empezar de cero
y a buscar corazón a quien amar.

Pero ya no quería sólo besos
ahora queria tocar.
Tal vez si cedía un poco
mejor la iban a apreciar.

Y regalando caricias
dulces como miel de un panal
recibia esta respuesta
una y otra vez, sin cesar:

"Tu dulzura y candidez
son más de lo que pude imaginar.
No quiero hacerte daño, Mi Pequeña.
Ya encontrarás a quien amar".


Entonces la triste Juana
no sabía qué entregar.
No quería estar más sola
tanto amor se le iba a secar.

Y siguió conociendo hombres
de distinta raza y distinta edad.
Probó tantos besos y tantos abrazos,
sintió el sabor del azúcar y de la sal.

Y en esos caminos un día
encontró un distinguido señor...
tan prestante parecía,
tan elegante y encantador...

Y comenzaron a frecuentarse
la bella Juana y el apuesto Doctor.
el corazón de la niña se aceleraba
cada vez que oía su voz.

La dulce última noche que se vieron
sobre rosas hicieron el amor.
Cuando reposaban con abrazos sus cuerpos
le dijo a Juana el Doctor...

..."Que maravilla he encontrado
entre tus brazos, amor.
Pero tengo esposa, soy casado
olvide antes decírtelo..."


Y Juana sintiéndose sucia
del motel corriendo salió...
Si no eran besos, ni abrazos, ni sexo...
¿Cómo encontraría el amor?

Y a su vida llegó un poeta
que trabajaba para el amor
había escrito cientos de versos
y guardaba alguna desilusión....

Y después de que en la piel de Juana
escribiera unos versos con su sudor
se fue de su lado dejando un papel
que al amanecer Juana leyó:

"No hay Sirena más preciosa
ni besé labios más dulces que los tuyos.
Pero soy Gaviota que vuela libre
no puedo aceptar el amor suyo...."


Pasaron muchos meses
en los que con todos se acostó.
Queria aprender cómo se hacía
lo que al primero tanto le gustó.

De vez en cuando le interesaba
uno que otro señor....
...Pero siempre era la misma cantaleta...
"No eres tú... Soy yo..."...

Y en todos los rostros de sus amantes
Juana veia nacer el amor.
Se desilusionaba más temprano que tarde
y así, de a poco, su fuego se extingió.

Ya no creía en nadie,
era como una sombra en la ciudad.
Los hombres eran como entes torpes
que la miraban pero no la sabían observar.

Y cansada de tanto buscar
se sintió agobiada y escapó.
Quiso respirar fresco y viajó al mar
frente al que toda la tarde lloró.

No se dió cuenta, por estar triste,
que atrás habia un señor
que la miraba insistentemente
apiadado de ver tanto dolor...

Quiso Juana juntar sus lágrimas
con las aguas del inmenso mar
y hacia las mareas, de pronto
se lanzó a caminar.

Desapareció entre las olas
y al océano abrazó...
...Nadie pudo sujetarla
y en la mar, se ahogó.

Y el Señor que la miraba
jamás lo pudo entender.
¡Le hubiese encantado simplemente pasear con ella!!!
¡Con la Juana Letelier!!!!!



Si más allá de tu tristeza no puedes ver
y te ha costado encontrar el amor
piensa que te queda menos por recorrer
y que cuando lo encuentres será mejor.

nadie dijo que sería fácil...

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